lunes, 24 de octubre de 2016

LLEGADA DEL OTOÑO



LLEGADA DEL OTOÑO
Llega el otoño, se nos va el verano, este año excesivamente largo, algo esta pasando?. Llega la lluvia, se nos va el calor, este año excesivamente caluroso, algo esta pasando?.  Llegan los colores, se va el monocromatismo del pajizo verano, algo esta pasando?

Con el cámbio de solsticio, la naturaleza da un giro de 180 grados, dejamos las altas temperaturas  que obligan a hacer vida crepuscular y entramos en una estación en la que se van acortando los días, todavía sin grandes bajadas del termómetro pero que permiten alargar la estancia de la fauna fuera de las madrigueras. 

El final del verano, para los que nos gusta disfrutar del campo, en el más amplio sentido de la palabra, nos lo suele anunciar uno de los frutos típicos de esta época, la zarzamora (Rubus fruticosus), el fruto de las zarzas ha pasado durante el verano por varios estadios marcados por su cámbio de color, desde el verde de finales de la primavera, al rojo del verano, para terminar con un negro intenso que indica su madurez. Este momento de maduración lo saben muy bien los habitantes de nuestros bosques que encuentran en este recurso un aliado para saciar su apetito, a la vez que le sirve a la planta que los produce para diseminarse por nuevos territorios, tanto mamíferos, herbívoros como carnívoros, y muchísimas pequeñas aves se alimentan de las moras que una vez extraído su condimento en su estómago eliminan las pepitas que si caen en un sitio adecuado, germinarán para formar un nuevo retoño de esta planta pinchuda.

Lo mismo le ocurre al árbol que de alguna manera es el emblema de nuestros bosques mediterráneos, la encina (Quercus ilex ssp), con la llegada del otoño maduran sus frutos, las bellotas, que hacen las delicias de los herbívoros que están esperando esta época del año para acumular las grasas suficientes para pasar el invierno. Es la caída  de la bellota la que nos anuncia la llegada a nuestros campos de un ave europea que solo nos visita durante el otoño, repone fuerzas y pasa el invierno, para que antes de que empiece la primavera migra al norte de Europa donde encuentra los lugares idóneos para la cría, nos estamos refiriendo a la grulla común (Grus grus), ave del tamaño de una cigüeña o quizás un poco más grande, que con su trompeteo surcando nuestros cielos en típica formación en “V” en bando de hasta miles de ejemplares de adultos y los jóvenes del año, de norte a sur, anuncia la llegada de las nieblas mañaneras en el encinar.


Y como no podía ser de otra manera, lo mismo que nosotros procedemos a realizar en estas fechas el cambio de ropa de armario, los mamíferos ibéricos, se preparan para las bajas temperaturas que empiezan a sufrir a partir de ahora  haciendo igualmente su cambio de pelaje, pasan de poseer un pelo lacio a desarrollar un abigarrado pelo en dos capas que por regla general les impide no solo no pasar frío, sino que además hace las funciones de impermeable ante la llegada de las lluvias otoñales.
Os invito a todos a que salgáis a daros una vuelta por nuestras sierras, por nuestros bosques, para disfrutar de lo que se puede observar, a que aprendáis a interpretar lo que os encontráis, y así podréis compartir y transmitir vuestra experiencia con la ilusión de haberla vivido. 

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