lunes, 22 de mayo de 2017

Marcos entrelobos

La tarde no auguraba lo mejor. Era viernes por la tarde y me acercaba con mi coche a la sierra, eran cerca de las seis de la tarde y había unos grandes nubarrones grises y mucho viento. Además estamos en mayo, un mes muy poco propicio para la observación del lobo, estos están comenzando la época de cría. Posiblemente la mayoría de las hembras, si no todas, han dado la vida ya a sus cachorros de color azabache. En esta época la pareja reproductora se vuelve aún más esquiva, no quieren que sea descubierto su lugar más íntimo.


Como decía, además no eran las condiciones climáticas más adecuadas para la observación de fauna en libertad. Pero cuando uno se va acercando a la sierra siempre nota algo especial, aunque haya estado cientos de veces. Al llegar al punto de avistamiento dejo mi coche y voy notando la emoción de lo que será un bonito fin de semana. Veo desde lo lejos a mis compañeros de Signatur que ya están con sus telescopios observando la sierra en busca de nuestro gran depredador. Me acerco a ellos y nos damos los abrazos de bienvenida que dan siempre un calor especial después de ya cierto tiempo. Además conozco a un nuevo compañero experto en la observación de oso pardo en la cordillera Cantábrica. Un gran placer para mi saludar a todos.


La tarde no se presentaba muy motivante debido al viento y la alta posibilidad de lluvia, pero nada más mirar por el telescopio ya se pueden apreciar las primeras ciervas, algunas muy jóvenes, las crías del año pasado, y otras adultas, las madres. Al poco tiempo aparece una de las personas que disfrutarán de la Sierra de la Culebra durante este fin de semana, le preparo un telescopio y durante bastantes minutos pudimos disfrutar de la presencia de más de una docena de ciervas y varios machos al final de la tarde. Cuando se acercaba el atardecer, este no era rojizo como tantas otras veces, si no que era oscuro y finalmente con fuerte lluvia que nos hace recoger nuestros equipos y hace que no podamos disfrutar de la posible presencia del animal que más deseamos ver.


Durante la noche, ya en la casa rural lobera más bonita y conocida de la sierra de la Culebra, podemos disfrutar de la presencia de todos los participantes en este fin de semana, entre ellos Marcos, que nos deleita con un montón de vivencias personales en Sierra Morena.


Amanece en la sierra, con un olor especial, bajo un pinar que ha visto a decenas, cientos, o miles de lobos, quien sabe. Nos encontramos en el punto de observación que más alegrías ha dado en el último año. Lobo no vimos, pero su presencia sí. Después de la espera y de un majestuoso desayuno pudimos encontrar las huellas de al menos dos de ellos. Andan por aquí, pero no se dejan ver, son muy astutos y no quieren arriesgarse a ser descubiertos cerca de la lobera. Durante la actividad de rastreo además de las huellas de lobo pudimos observar varios excrementos y alguna huella de tejón muy reciente. Previamente a todo esto gozamos del avistamiento de varios ciervos machos con las astas aún con borra, un auténtico espectáculo verlos tan cerca como los vimos.



Después fuimos a Ferreras de Arriba, donde nuestros amigos venidos desde diferentes puntos de la geografía española pudieron ver y entender como el hombre se defendía del lobo antaño encerrando a su ganado en las famosas corralas o corrales “antilobo”. También estuvimos disfrutando de una espectacular comida degustando la famosa ternera de Aliste y quesos zamoranos. 


Por la tarde pudimos disfrutar de un avistamiento precioso en el que tuvimos la suerte de ver bastante cerca a varios jabalíes alimentándose. Eran muy grandes, y al poco tiempo nos dimos cuenta de que era toda la familia. De repente aparecen los rayones, preciosos y pequeñitos jugando entre sus padres. Es todo un privilegio poder ver en libertad estos comportamientos tan naturales. No hubo suerte con el lobo, otra vez la lluvia nos hizo recogernos antes de tiempo, pero de vuelta a la casa tuvimos la suerte de ver una pareja de corzos a escasos treinta metros de nosotros. El duende del bosque, precioso, saltarín y también esquivo cuando nota la presencia del hombre.

 
Nos queda una espera, la del domingo por la mañana, ponemos todas nuestras esperanzas para ver el lobo en ella y nos dirigimos al punto más conocido de la sierra de la Culebra. Además de nosotros hay algún grupo más. Muchos ojos, si sale lo tenemos que ver. El tiempo es mejor que los dos días anteriores, hay más posibilidades. Vemos muchas hembras de ciervo. Al rato también empiezan a aparecer machos con la borra, es precioso verlos, algunos de ellos muy cerca. De repente, dos ciervas que bajan por una ladera a encamarse. Se asustan, se dan media vuelta y salen corriendo. Por un momento se quedan en tensión entre unos brezos. Nosotros buscamos con el telescopio en los alrededores, nos recorre una tensa emoción, pero no se ve nada. Es posible que haya algún lobo, las ciervas se acercaban a un pequeño río que tiene mucha vegetación alrededor. Muchas veces la loba ha criado por ahí.

Nuestras esperanzas se acaban, se hace tarde, no siempre se ve al lobo, es difícil, pero la sierra está llena de fauna, tenemos la gran suerte de ver volando muy cerca de nosotros al cuco. Se posa varias veces muy cerca de nosotros y nos deleita con su precioso canto, tenemos la gran fortuna de fotografiarlo y de poder grabarlo varias veces con nuestras cámaras.

Pero la gran suerte para mí, es poder conocer a las personas que les puedo enseñar la sierra de la Culebra, mi sierra, la de mi tierra zamorana, la del lobo, el único lugar de este país donde siempre ha habido lobos, donde espero que siempre los haya y que aunque no se vean, sé que están ahí. Y la gente que viene conmigo y con Signatur también lo sabe, y lo disfruta, porque lo más bonito de esto es poder conocer a gente que ama el lobo y que se marcha satisfecha y enamorada de mi tierra y del lobo aún más que cuando llegó por primera vez, aunque no lo vea.

Porque es una gran suerte para mi trabajar con los mejores expertos del lobo de este país, porque me han dado la oportunidad de disfrutar de un fin de semana fantástico y me permiten conocer a gente genial y amante de la naturaleza. Gente que para siempre tendrá un recuerdo en mi mente y un gran hueco en mi corazón.



Juan Pablo Martín,
Guía de Signatur

1 comentario:

  1. Bonitas palabras, de un gran amigo!!!, narración extraordinaria, con todo lujo de detalles!!!!!, la suerte es nuestra por tenerte entre nosotros.... Muchas gracias Juamnpa, siempre es un placer compartir andanzas, vivencias y como no observaciones en "Tu sierra". Un gran abrazo!!!!

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